Cuando comencé Cosas de Goblins, la primera vez que me ponía en serio a escribir una novela, mi visión sobre el tema era bastante diferente a la que tengo hoy. ¿Y por qué? Eso tiene fácil respuesta (que no por ello breve, avisados quedáis).
Cuando escribí las primeras líneas, que prácticamente se han mantenido igual desde el inicio, lo que en realidad estaba haciendo era practicar. Tan solo eso, práctica. Había escrito un relato llamado Inconsciente Despertar no hacía mucho, pero los diálogos eran algo que no dominaba en absoluto. Así que ahí me tenéis, escribiendo un diálogo surgido de la nada con la única intención de mejorar en aquello que aún no dominaba. El resultado de aquellas primeras líneas me incitaron a seguir con la historia, que en ningún caso había sido pensada previamente, así que comencé a improvisar. En un principio, aquella conversación parecía que pertenecía a un par de criminales, pero, ya sea bien por la influencia de una campaña del juego de rol Pathfinder que había estado ojeando anteriormente, Nosotros ser Goblins, que tenía de especial que en lugar de ponerse en la piel de los héroes, los jugadores tendrían que hacer de goblins, los villanos por excelencia para los héroes novatos (cosa que evidentemente llamó mi atención, pues es básicamente el precepto de esta novela); o quizás/y también, pudo ser debido al argumento del libro titulado: El Último Anillo, de Kiril Yeskov, cuya historia nos cuenta lo que sucedió tras la caída de Sauron al final del Señor de los Anillos, pero desde la perspectiva de los desdichados orcos, que han perdido la guerra y son perseguidos por los terribles elfos, que tratan de acabar con todos ellos sin ninguna piedad.
Y es que la historia siempre cambia dependiendo del bando que la cuente, ¿no? En cuestiones de guerra, las palabras Bien y Mal son cuanto menos absurdas y demasiado relativas, como podrás corroborar si preguntas a ambas partes enfrentadas en cualquier tipo de conflicto.
Pero, antes de que pierda el hilo y me ponga a divagar sobre temas que no vienen al caso, y ahora que ya sabéis por qué me apetecía ponerme en la piel de esos goblins, cuya existencia parece estar limitada a ser meros muñecos malvados con los que los héroes pueden practicar el arte de dar muerte, ahora os digo por qué mi visión de esta novela ha cambiado. La respuesta fácil es: por vosotros; pero si queréis más detalles pues os los explico también:
Coincide que al inicio de este plan, el de al fin intentar cumplir uno de mis grandes sueños (¡escribir una novela!), la página Dados y Mazmorras (probablemente donde me sueles leer a diario y por eso estás ahora aquí), aunque llevaba un tiempo abierta, al fin comenzaba a albergar sus primeros seguidores (que no eran amigos o familia, quiero decir), así que también comencé a acompañar con texto las imágenes en pos de ofrecer un contenido mejor. Pronto me dí cuenta de que Dados y Mazmorras era el lugar perfecto para practicar con los diálogos, así que además de alguna que otra frase, comencé a darle más vida añadiendo diálogos o escenas un poco más desarrolladas. La verdad es que no tardé nada en sentirme cómodo escribiendo diálogos. Además, en cuanto comencé con mi propia novela, leer ya no volvió a ser lo mismo, pues aunque seguía disfrutando como antes de las historias que leía, ese hábito también se convirtió en la segunda mejor manera de mejorar como escritor (siendo la primera escribir, evidentemente). Tengo que añadir que justo en aquel momento estaba leyendo el primer libro de la saga de Geralt de Rivia, El Último Deseo, y , sinceramente, Andrzej Sapkowski fue un gran maestro para los diálogos, al igual que Joe Abercrombie con su saga de La Primera Ley. Ambas sagas inspiraron notablemente Cosas de Goblins. Aquellos que conozcais estos libros y autores también notareis la gran influencia de Stephen King, Terry Pratchett, R. A. Salvatore, H. P. Lovecraft y tantos otros Grandes Maestros sobre mí. (Si estáis atentos descubriréis que entre las páginas de Cosas de Goblins se esconden muchos guiños a obras que me encantan, y no solo de la literatura, ahí lo dejo…)
Entonces, ocurrió que a medida que escribía la novela, Dados y Mazmorras crecía sin parar y cada vez erais más l@s que me leíais y parecías animad@s a leer la novela. Ya no era solo una novela para mí, mis amigos y familiares; y se convirtió en algo que posiblemente cientos de personas iban a leer, y eso, lo quisiera yo o no, me cargaba una gran responsabilidad encima. Tenía que andarme con cuidado y ser más perfeccionista con los detalles (faltas, posibles incoherencias, edición), pues aquellos que pagaran por mi obra, ya que iban a pagar y dedicar su tiempo a sumergirse en mi mundo improvisado, lo mínimo que podía hacer yo era esforzarme para darles un contenido de calidad. De ahí la inversión en ilustraciones y el esmero en hacer una portada digna de descansar en vuestros estantes.
Ahora, a menos de dos semanas de publicar la novela, le estoy dando una última releída y cambiando muchos detallitos, mejorando la obra por amor propio y para vuestro mayor disfrute. Aun así, estoy seguro de que algo se me escapará, pues dejar el libro sin erratas o falta alguna se está volviendo más difícil que arrojar el anillo al Monte del Destino; pero ante Crom e Iluvatar juro con solemnidad que lo estoy intentando, por mí mismo, por vosotros y por esos desdichados goblins que tanto tienen que contar.

¡Un abrazo muy fuerte, posaderos y posaderas! ¡Gracias por seguir ahí!
¡Muchas gracias por todo, posader@s! ¡Se os quiere! ¡Nos leemos en la Posada, como siempre!
Estoy escribiendo, pero aún me queda tiempo para publicar. Veo que estás a punto de publicar y me saltan algunas dudas. ¿Con que editorial, ¿Cómo sacar el libro?, ¿Pagas?… No sé si me explico, creo que ese proceso es complicado, si pudieras explicar tu vivencia .
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Hola David, te cuento:
Yo voy a publicarlo por Amazon, he pasado completamente de buscar editoriales. Si lo haces con ellos totalmente gratuito y no tienes que comprar después una gran tacada de libros, sino que se imprimen bajo demanda, es decir, cada vez que alguien compra un ejemplar, ellos lo imprimen y lo envían. Como consejo te diré que te alejes de aquellas «editoriales» que te cobran un dineral por publicarte. Evidentemente, si lo intentas y no hay manera de hacerlo, siempre puedes contactar con alguien que se dedique a esto, pero siempre vigila con las estafas o segundas intenciones. En Amazon, por si t sirve de algo, también puedes crear una portada básica. Si tienes el montaje pues perfecto, lo subes y listo. Para subirlo en Amazon basta un archivo en word o pdf que cumpla con los ajustes que ellos te pidan según el formato y tamaño del libro (ajuste de márgenes, numeración, etc). Si prefieres no autoeditarte, te va tocar pagar o a psudoeditorales o rezar para que una editorial clásica te acepte entre sus filas, lo cual es muy difícil gracias a la saturación del mercado. Espero haberte ayudado en algo ✌️
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